Durante la clase del día 5 de octubre de 2011 el ejercicio
consistió en construir un objeto estético a partir de objetos traídos por cada uno de los participantes en el
ejercicio, dichos objetos eran desconocidos por el grupo hasta que no se inició
la actividad. Las normas del ejercicio eran simplemente construir un objeto
estético en grupo, prestando especial interés al aprovechamiento del tiempo,
los recursos y los integrantes del grupo.
Los primeros minutos de la actividad se enfocaron en tratar
de establecer una jerarquía que permitiera
abordar el problema de manera organizada y eficiente, sin embargo los
objetos no habían sido presentados y no se sabía a ciencia cierta qué pasos de
realización se iban a seguir en la elaboración del objeto, se proponían
diversos esquemas jerárquicos pero nadie se ponía de acuerdo sobre qué rol
desempeñaría cada quien (fundamentalmente nadie quería ser jefe). Ante diversas
propuestas organizativas el único rol propuesto y aceptado unánimemente fue el
de relatora o documentadora por parte de la compañera Heliana Vera, quien
asumió su responsabilidad de manera cabal hasta el final de la actividad. Sin
embargo no existía un líder visible ni comités de nada, y mucho menos un
proyecto a elaborar, así que se decidió presentar los objetos de cada uno para
que así se pudiera establecer un plan de acción, y dependiendo de ese plan de
acción establecer los roles que mejor le correspondían a cada uno de los
integrantes dentro del plan de acción necesario para llevar a término el
proyecto sea cual fuere el proyecto que resultase de los objetos.
Una vez presentados los objetos se presentó otra pequeña
discordia ante la metodología con la que se abordaría el problema de proyectar
un objeto estético a realizar. Por una parte se defendía la tesis de ir
elaborando ‘algo’ con los objetos presentados y de esa manera en el acto de
realizar se iría construyendo el significado del objeto; por otro lado se
defendía la tesis de ‘pensar’ primero qué ‘decir’ con los objetos para luego
organizarlos de tal manera que efectivamente los objetos ‘dijeran’ lo que se
pretendía ‘decir’. Al final se optó por ninguna de las dos y por las dos al
mismo tiempo; mientras se trataba de encontrar agrupaciones de sentido y
organizar pequeños discursos en torno a agrupaciones de objetos, por otra parte
también se formaban pequeños arreglos estéticos (sin llegar a destruir o
desbaratar ningún objeto) buscando un norte hacia donde guiar acciones
concretas sobre los objetos.
En medio de las discusiones se determina que lo mejor es realizar un pequeño diorama con una caja de cartón que trajo uno de los compañero y una serie de objetos que están relacionados con las ideas de dinero, religión, cultura de masas y fama (un fragmento de campana de bicicleta con la leyenda I ♥ my bike; moneda de 1 real, crucifijo), en el proceso se descartan otra serie de objetos (un madero torneado de aproximadamente un metro de largo por 10 cm. De diámetro, una botella vacía de cerveza) que por su peso dificultarían la tarea de crear este diorama y en realidad no aportarían nada a un objeto que tenía bastante potencial. Y a estas alturas la dinámica de trabajo era automática, sin discutir mayores cosas se llegaban a acuerdos en su mayoría tácitos, esto en parte se dio gracias a que la mayor parte del grupo proviene de las artes plásticas lo que a mi modo de ver permite que existan una serie de coincidencias metodológicas que ayudan a una fluidez del trabajo en equipo sin necesidad de establecer normas y jerarquías explícitas a la hora de abordar el trabajo, varios compañeros abordaron actividades paralelas durante el desarrollo del ejercicio entrando y saliendo de los grupos de trabajo sin que esto entorpeciera la fluidez del ejercicio. Al final todo el equipo de trabajo se movió no unificado bajo la voz de un líder sino más bien en una sumatoria de actuaciones individuales en pos de un objetivo común, como un enjambre de langostas.
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